Desdichadamente vivimos en una época en la que el pecado se ha convertido hasta en una industria, que produce dinero, mueve planos económicos, da bienestar. Esta situación es realmente impresionante y terrible. ¡Es necesario no dejarse asustar ni presionar! ¡Cualquier época exige del cristiano «coherencia»!
Sed valientes. El mundo necesita testigos, convencidos e intrépidos. No basta discutir, hay que actuar, vivir en gracia, practicar toda la ley moral, alimentad vuestra alma con el cuerpo de Cristo, recibiendo seria y periódicamente el Sacramento de
Meditad también con seriedad y generosidad, si el Señor llama a alguno de vosotros.
¿Cómo es posible esto? Buena pregunta. Nuestra bendita Madre, María de Nazaret hizo la misma pregunta por primera vez ante el extraordinario plan al que Dios la había destinado. Y la respuesta que recibió María de Dios Todopoderoso es la misma que os da a vosotros: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti porque para Dios nada es imposible».
Conociendo bien la doctrina de Jesús es fácil actuar ante los retos de la vida sin miedo a equivocarnos o a estar solos, pues lo haremos, en todo momento y circunstancia, bajo la influyente guía de su propio Espíritu Santo, sea grande o pequeña.
Os dirán que el sentido de la vida está en el mayor número de placeres posibles; intentarán convenceros de que este mundo es el único que existe y que vosotros debéis atrapar todo lo que podáis para vosotros mismos, ahora. Oiréis a la gente que os dirá: vuestra felicidad está en acumular dinero y en consumir tantas cosas como podáis, y cuando os sintáis infelices acudid a la evasión del alcohol o de la droga.
Nada de esto es verdadero. Y nada de esto proporciona auténtica felicidad a vuestras vidas.
Quizá venís de familias católicas asistís a Misa el domingo o incluso entre semana, rezáis en familia todos los días y espero que lo continuéis haciendo así toda la vida, pero puede acosaros la tentación de alejaros de Cristo.
Oiréis decir a muchos que vuestras prácticas religiosas están irremediablemente desfasadas, fuera del estilo vuestro, fuera del estilo del futuro y que podéis organizar vuestras propias vidas y que ya Dios no cuenta.
Incluso muchas personas religiosas seguirán esas actitudes arrastrados por la atmósfera circundante.
Una sociedad así, perdidos sus más altos valores morales y religiosos es presa fácil para la manipulación y dominación de fuerzas que, so pretexto de liberar, esclavizan más aún.
¡Jesús tiene la respuesta a vuestras preguntas y la clave de la historia! En Cristo descubriréis la verdadera grandeza de vuestra propia humanidad.
¡Él sigue llamándoos, Él sigue invitándoos! Sí. Cristo os llama, pero Él os llama de verdad. Su llamada es exigente, porque os invita a dejaros «pescar» completamente por Él, de modo que veréis toda vuestra vida bajo una luz nueva. Es el amigo que dice a sus discípulos: «Ya no os llamo siervos..., sino que os llamo amigos» demuestra su amistad entregando su vida por nosotros.
La auténtica vida no se encuentra en uno mismo o en las cosas materiales. Se encuentra en otro, en Aquel que ha creado todo lo que de bueno, verdadero y hermoso hay en el mundo. La auténtica vida se encuentra en Dios, y vosotros descubriréis a Dios en la persona de Jesucristo.
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