El Señor Dios gastó toda la eternidad para tener un sueño para cada uno de nosotros. Este fue el origen de nuestra esperanza.
Mirada desde Dios, la esperanza es el deseo que Él tiene de que su sueño
se cumpla en nosotros. Realmente Dios está preocupado porque esto se
realice. De ninguna manera le da lo mismo que su sueño se cumpla o no.
Casi me animaría a decir que la felicidad de Dios depende de que
nosotros realicemos el proyecto para el cual nos creo. Al menos se
siente profundamente dolorido cuando fracasa, cuando lo defraudamos.
Para nosotros, en cambio, la esperanza es la fe de que el Señor Dios
tiene un sueño para mí y para cada uno de nosotros. Mi esperanza no
anida en mi mismo, sino en las manos de Dios.
Por eso es indestructible. Sólo nosotros somos capaces de anularla
cuando nos apartamos de Dios y ya no nos preocupamos de su proyecto sino
por los nuestros, por nuestros sueños personales.
Cuando el Señor Dios sueña, no se queda quieto. De hecho Dios nunca está
quieto. Él viene creando desde toda la eternidad. Es su forma de
descansar.
Para que se cumpla en nosotros su voluntad, se dedica a preparar todo lo
que vamos a necesitar en nuestra vida, a fin de que su esperanza no
quede frustrada. Se dedica a enriquecer la geografía donde vamos a
nacer, y aquella otra a la que seremos trasplantados.
Nosotros no tenemos ni siquiera una idea de todo el cariño que pone Tata
Dios en preparar lo nuestro. El mismo arregla, carpe, limpia y dispone
la tierra donde nos tocará sembrar nuestro sí.
Porque es lo único que el Señor no ha querido hacer por sí mismo: decir
el sí que nos toca a nosotros. Ese sí que en definitiva es también
regalo de Él, pero que desea vernos sembrar a nosotros.
Claro que Dios tiene tiempo. Nosotros vivimos un tiempo limitado que
arranca cuando nacemos, y termina visiblemente cuando nos morimos. En
cambio Dios se maneja con la historia. El puede prever las cosas desde
muchísimo antes, y normalmente se adelante en generaciones a nosotros.
Cuando nosotros no entendemos nada, El ya tiene clarito el para qué de
lo que está sucediendo. Conoce toda nuestra vida porque la soñó El mismo
de antemano. Tenemos que tenerle confianza. Pero aquí está justamente
el problema: ¿cómo hacer para tener confianza a Tata Dios cuando todo
nos parece incomprensible y absurdo? Porque es realmente duro vivir
ciertos momentos de nuestra existencia sin comprender el para qué de los
acontecimientos. Se necesita un gran amor a Dios para tener confianza.
Afortunadamente no somos nosotros los primeros en recorrer estos
caminos. Otros nos han precedido ya, y nos han dejado las señales. Son
duras las exigencias del amor, pero han sido muchos los que han amado, y
al final, el Señor Dios no los ha defraudado. Releyendo sus vidas y
rastreando sus huellas, también nosotros podremos cumplir el sueño de
Dios, que en definitiva se identifica con nuestra propia felicidad.
Mamerto Menapace, Prólogo a ¨Las exigencias del amor¨
Hay un dicho que dice ¨Felicidad, empieza con FE¨
Dice Mamerto Menapace ¨ la esperanza es la fe de que el Señor Dios tiene un sueño para mí¨.
Para llegar a la felicidad tengo que conocer el sueño que Dios tiene
para mí y para conocerlo tengo que aprender a escucharlo, aprender a
hablar con Él. El sueño de Dios para cada uno de nosotros es diferente.
Dios me creo de una determinada manera, con mis talentos mis defectos y
tiene pensado para mi un camino único, y lo que yo no haga, va a quedar
sin hacer, el sí que yo no me anime a darle nadie lo va a poder dar por
mí.
¿Cómo cumplir ese proyecto de Dios? ... únicamente confiando en Él,
siendo humilde de corazón, estando convencido de que si Él es mi Padre,
me soñó, me pensó y sólo por eso existo, nadie más que Él, sabe cómo
tengo que vivir para ser feliz.
¨ se necesita un gran amor a Dios para tenerle confianza ¨ y para esto tengo que conocerlo ¨nadie ama lo que no conoce¨
¿Cuantas veces antepongo, priorizo mi comodidad, mi egoísmo, a ese sueño
de Dios para mí, que como bien dice M. Menapace ¨se identifica con
nuestra felicidad¨? .
Oración:
"Mi corazón no estará quieto hasta que descanse en ti¨ (San Agustín)
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Hace 5 años