miércoles, 6 de junio de 2012

El Sueño de Dios...

El Señor Dios gastó toda la eternidad para tener un sueño para cada uno de nosotros. Este fue el origen de nuestra esperanza.

Mirada desde Dios, la esperanza es el deseo que Él tiene de que su sueño se cumpla en nosotros. Realmente Dios está preocupado porque esto se realice. De ninguna manera le da lo mismo que su sueño se cumpla o no. Casi me animaría a decir que la felicidad de Dios depende de que nosotros realicemos el proyecto para el cual nos creo. Al menos se siente profundamente dolorido cuando fracasa, cuando lo defraudamos.

Para nosotros, en cambio, la esperanza es la fe de que el Señor Dios tiene un sueño para mí y para cada uno de nosotros. Mi esperanza no anida en mi mismo, sino en las manos de Dios.
Por eso es indestructible. Sólo nosotros somos capaces de anularla cuando nos apartamos de Dios y ya no nos preocupamos de su proyecto sino por los nuestros, por nuestros sueños personales.

Cuando el Señor Dios sueña, no se queda quieto. De hecho Dios nunca está quieto. Él viene creando desde toda la eternidad. Es su forma de descansar.
Para que se cumpla en nosotros su voluntad, se dedica a preparar todo lo que vamos a necesitar en nuestra vida, a fin de que su esperanza no quede frustrada. Se dedica a enriquecer la geografía donde vamos a nacer, y aquella otra a la que seremos trasplantados.

Nosotros no tenemos ni siquiera una idea de todo el cariño que pone Tata Dios en preparar lo nuestro. El mismo arregla, carpe, limpia y dispone la tierra donde nos tocará sembrar nuestro sí.

Porque es lo único que el Señor no ha querido hacer por sí mismo: decir el sí que nos toca a nosotros. Ese sí que en definitiva es también regalo de Él, pero que desea vernos sembrar a nosotros.

Claro que Dios tiene tiempo. Nosotros vivimos un tiempo limitado que arranca cuando nacemos, y termina visiblemente cuando nos morimos. En cambio Dios se maneja con la historia. El puede prever las cosas desde muchísimo antes, y normalmente se adelante en generaciones a nosotros. Cuando nosotros no entendemos nada, El ya tiene clarito el para qué de lo que está sucediendo. Conoce toda nuestra vida porque la soñó El mismo de antemano. Tenemos que tenerle confianza. Pero aquí está justamente el problema: ¿cómo hacer para tener confianza a Tata Dios cuando todo nos parece incomprensible y absurdo? Porque es realmente duro vivir ciertos momentos de nuestra existencia sin comprender el para qué de los acontecimientos. Se necesita un gran amor a Dios para tener confianza.
Afortunadamente no somos nosotros los primeros en recorrer estos caminos. Otros nos han precedido ya, y nos han dejado las señales. Son duras las exigencias del amor, pero han sido muchos los que han amado, y al final, el Señor Dios no los ha defraudado. Releyendo sus vidas y rastreando sus huellas, también nosotros podremos cumplir el sueño de Dios, que en definitiva se identifica con nuestra propia felicidad.


                                                                  Mamerto Menapace, Prólogo a ¨Las exigencias del amor¨


Hay un dicho que dice ¨Felicidad, empieza con FE¨
Dice Mamerto Menapace ¨ la esperanza es la fe de que el Señor Dios tiene un sueño para mí¨.

Para llegar a la felicidad tengo que conocer el sueño que Dios tiene para mí y para conocerlo tengo que aprender a escucharlo, aprender a hablar con Él. El sueño de Dios para cada uno de nosotros es diferente. Dios me creo de una determinada manera, con mis talentos mis defectos y tiene pensado para mi un camino único, y lo que yo no haga, va a quedar sin hacer, el sí que yo no me anime a darle nadie lo va a poder dar por mí.

¿Cómo cumplir ese proyecto de Dios? ... únicamente confiando en Él, siendo humilde de corazón, estando convencido de que si Él es mi Padre, me soñó, me pensó y sólo por eso existo, nadie más que Él, sabe cómo tengo que vivir para ser feliz.

¨ se necesita un gran amor a Dios para tenerle confianza ¨ y para esto tengo que conocerlo ¨nadie ama lo que no conoce¨

¿Cuantas veces antepongo, priorizo mi comodidad, mi egoísmo, a ese sueño de Dios para mí, que como bien dice M. Menapace ¨se identifica con nuestra felicidad¨? .


Oración:

"Mi corazón no estará quieto hasta que descanse en ti¨ (San Agustín)



Un libro recomendado...

Hola, queridos amigos! Hace tiempo que no estaba por aquí. Ando muy atareada con los cursos de formación, en mi nueva etapa: el noviciado. Pero no por ello, me olvido de ustedes. Los tengo bien presentes en mis oraciones diarias, para que el Seño les de luz en sus búsquedas.
En esta oportunidad quiero recomendarles un libro de Mamerto Menapace "Las exigencias el amor". Está basado en textos bíblicos y es bueno para rezar en momentos de inquietud vocacional.
En la siguiente entrada trascribo el prologó del libro, que se titula "El sueño de Dios". Espero les aporte a sus vidas personales. Bendiciones!!!