miércoles, 5 de mayo de 2010

El ejemplo de María

Para los jóvenes sobre todo, mi mensaje se hace invitación y exhortación. Quisiera que la juventud del mundo entero se acercase más a María. Ella es portadora de un signo indeleble de juventud y belleza que no pasan jamás. Que los jóvenes tengan cada vez más su confianza en Ella y que confíen a Ella la vida que se abre ante ellos.

¿Qué nos dirá María, nuestra Madre y Maestra? En el Evangelio encontramos una frase en la que María se manifiesta realmente como Maestra. Es la frase que pronunció en las bodas de Caná. Después de haber dicho a su Hijo: «No tienen vino», dice a los sirvientes: «Haced lo que Él os diga».

Y estas palabras encierran un mensaje muy importante, válido para todos los hombres de todos los tiempos. Ese «Haced lo que Él os diga» significa: escuchad a Jesús, mi Hijo; actuad según su palabra y confiad en Él. Aprended a decir que «Sí» al Señor en cada circunstancia de vuestra vida. Es un mensaje muy reconfortante, del cual todos tenemos necesidad.

«Haced lo que Él os diga.» En estas palabras María expresa, sobre todo, el secreto más profundo de su vida. En estas palabras está toda Ella. Su vida, de hecho, ha sido un «Sí» profundo al Señor. Un «Sí» lleno de gozo y de confianza.

Es preciso, pues, que acojáis a María en vuestras jóvenes vidas, igual que el Apóstol Juan la acogió «en su casa». Que le permitáis ser vuestra Madre. Que abráis ante Ella vuestros corazones y vuestras conciencias. Que Ella os ayude a encontrar siempre a Cristo, para «seguirlo», por cada uno de los caminos de vuestra vida.

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Este fue el momento de la vocación de María. Y de ese momento dependió la posibilidad misma de la Navidad. Sin el «sí» de María, Jesús no hubiera nacido.