- Bienaventurados los que desde el Espíritu eligen la pobreza, porque de ellos es la riqueza del amor.
- Bienaventurados los castos de corazón, porque ellos vivirán el amor perfecto.
- Bienaventurados los que buscan obedecer, porque en ellos se realizará la obra de Dios
- Bienaventurados los que consagran su vida a Dios, porque ellos le pertenecerán y en ellos será la plenitud de Dios.
- Bienaventurados porque son llamados a vivir en la libertad del amor, a ser libres de toda atadura humana, y revelarán a muchos los secretos de la vida nueva y de la alianza.
- Bienaventurados porque serán uno en Dios, con el Padre en el Hijo y por el Espiritu Santo por toda la eternidad.
P. Ricardo
Cristo Vive Nº 163, pag 10
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