miércoles, 30 de diciembre de 2009

Una misión de Amistad

La vocación consagrada es un compromiso radical de amistad, entrega y servicio. "El amor más grande que uno pueda tener es dar la vida por los amigos" Jn 15, 13

Optar por la vida consagrada implica haber descubierto y experimentado que existe un amor por el cual vale la pena renunciar a cualquier otro amor, incluso el amor matrimonial.
El sacerdote, religioso o religiosa ha descubierto otra forma de amar y realizarse: la misma de Cristo.
El hecho de consagrarse a una misión apostólica, no implica dejar de ser personas libres. Una renuncia es humana y cristiana cuando a través de ella cuando no afecta ni destruye los valores humanos de las personas.
Para decidirse por una vida consagrada se requiere capacidad para captar ciertos valores: "No todos pueden comprender el lenguaje sino solo aquellos a quienes les es conocido" Mt 19, 11. Se necesita un amor desiteresado y universal, una gran libertad ante los valores materiales, una incondicional disponibilidad para los planes de Dios, inscriptos en las necesidades de los hombres y en las aptitudes personales.
Es indispensable saber vivir juntos, como amigos y hermanos, la experiencia del seguimiento de Cristo, compartiendo con gozo cuanto se es, se tiene y se siente, haciendo a los otros participes de proyectos, alegrías, sufrimientos, éxitos y fracasos, trabajando por la liberación y salvación de los hombres.
La radical entrega capacita al religioso, a ejemplo de Cristo, para frenar indefinidamente el circulo del amor. Su libertad y desarraigo, su propia visionalidad en el vivir, le permiten ofrecer la vida por todos. Dando la mano a todo el mundo sin retener a ninguno, entregando el corazón a todos sin apropiarse de nadie.

1 comentario:

  1. Me encanto de verdad. El titulo es hermoso, es una verdadera mision de amistad, xq el Señor nos dice, que ya no somos servidores sino amigos :) me gusto muchisimo!!

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